Morriña

Han pasado casi ya dos años desde que no veo a mis amigos y amigas de ACCU. La última vez fue aquí, en mi casa. Me los traje a todos para disfrutar de unas jornadas inolvidables, y no solo por todo lo que significan las jornadas: amigos, diversión, actividades, bromas, risas... sino porque ninguno éramos conscientes de que el próximo año no nos podríamos ver. Me acuerdo que el domingo que nos despedimos entre lágrimas y muchos, muchos abrazos no podíamos parar de decir que ya quedaba menos para volvernos a ver el año que viene.

Maldito 2020.

Las jornadas, para quien no ha tenido el placer de ir, son una recarga de pilas en todos los sentidos. Muchos llegamos a ellas cansados de todo lo que ha pasado en el año; del trabajo, de los estudios, de nuestra familia y, obviamente, de los médicos y las pruebas, pero es llegar a ellas y solo podemos disfrutar al máximo y vivir esos cuatro días con más intensidad que el año que dejamos atrás, si cabe.

Solo puedo pensar en que, por favor, 2021, déjanos disfrutar a todos un poco más. El 2020 ha sido muy duro para todo el mundo. Algunos hemos perdido a gente cercana, hemos tenido que estar ingresados e, incluso, hemos tenido que lidiar con el dichoso virus que nos sigue fastidiando cada día. La mascarilla se ha vuelto otra de las cosas esenciales que no te puedes olvidar si vas a salir de casa, "¿has cogido las llaves?, ¿y el móvil?, ¿cartera?... Y acuérdate de la mascarilla, eh". Creo que nos hemos sabido adaptar a las circunstancias bastante bien; sobre todo porque es algo para lo que no estábamos preparados, pero creo que todos vamos necesitando que se termine esta situación tan surrealista digna de alguna película de los Óscar.

Echo de menos salir sin tener que mirar la hora en el reloj. También el poder escaparme a cualquier parte sin consultar los límites perimetrales, quedar con 20 personas y que no pase nada, visitar a mi familia... Echo de menos disfrutar de la vida. Esto nos ha machacado a muchos de nosotros, no solo físicamente, sobre todo psicológicamente. Nos hemos vuelto más distantes, más solitarios y hasta más apáticos.

Necesito esa carga de pilas que me haga seguir adelante y no dejarme llevar por esta situación que nos tiene consumidos... Necesito mis queridas jornadas y, más aún, a mis amigos de ACCU.