DURAS DECISIONES

Era octubre de 2014, cuando por desgracia, con mucho dolor y muchas lágrimas derramadas tomé la decisión; no iba a hacer el primer trimestre de 2º de BACH. Casi obligada, lo mejor para mí era descansar, ponerme buena y evitar situaciones de estrés.

Como consecuencia de eso, desde ese momento y a día de hoy tengo ayuda psicológica que, por una vez en mi vida, supe pedir ayuda. De verdad que la necesitaba. Mi vida estaba cambiando demasiado en muy poco tiempo.

Desde finales de Octubre a después de las vacaciones de Navidad, de lo único que debía preocuparme era de ponerme buena aunque yo seguía pensando en las clases, en que de verdad quería estar ahí y no de prueba en prueba y de hospital en hospital.

En este tiempo me hice como unas 3 analíticas, más las de orina y heces, más colonoscopia, radiografías y ponerme todas las vacunas del mundo para evitar cualquier cosa.

Me acuerdo que el día de nochebuena de 2014 a las 09:00 estaba en el Hospital de Pacientes esperando a que me pusiesen unas vacunas. En un año normal estaría ansiosa ya con ver a mi familia por la noche y no aquí, deseando que la prueba del Mantoux (es una prueba que se hace por culpa de la bacteria de la tuberculosis) diese negativa.

Celebré como la que más el principio del 2015 creyendo y deseando que fuera todo a mejor, pero por desgracia a veces las cosas no salen como uno quiere... Llegó enero y seguía muy mal y aquí, llegó lo que yo nunca imaginé que iba a pasar.

Dejé el instituto.

Ya no me iba a graduar con mis amigos/as de toda la vida, no iba a hacer selectividad y estresarme por llegar a la nota de la que iba a ser la carrera que habría estudiado. Todo eso, no pude hacerlo. A día de hoy es una de las cosas más duras que he pasado y suelo llorar al hablar de ello. Porque de verdad, para mí mis estudios eran mi motivación. Y esa motivación se había esfumado.